Víctor Rodríguez
Matamoros, Tamps.- La alcaldesa de Matamoros, Tamaulipas, Leticia Salazar Vázquez, ha cobrado notoriedad
internacional desde que en esta ciudad fueron asesinados cuatro jóvenes,
tres de ellos estadounidenses, después de que presuntamente fueron ilegalmente
detenidos el 13 de octubre del 2014 por nueve miembros del llamado Grupo
Hércules, una organización paramilitar creada por ella, según para dar “paz y
seguridad a las familias” matamorenses.
Desde que empezó
a operar, el 7 de julio de ese año , diversos miembros del Grupo Hércules
–integrado por 40 ex soldados y ex marinos- fueron acusados de diversos
delitos, que van desde el abuso de autoridad hasta el asesinato de los tres
hombres y una mujer cuyas edades al morir iban de los 21 a los 26 años.
Joe Vega, el hoy
candidato a diputado local por el Partido Acción Nacional, sin la más
mínima experiencia en asuntos de seguridad comandaba el grupo y hoy los tiene
como su seguridad personal.
La Procuraduría
General de la Republica debe tomar cartas en este asunto, si es que no lo ha
hecho todavía, los rumores que corren en Matamoros sobre el supuesto
enriquecimiento de funcionarios municipales muy cercanos a Leticia Salazar y la
presunta complicidad del Grupo Hércules con la delincuencia organizada no
pueden ser ignorados, así quedo hasta aquel entonces el tema de esta historia
que desde entonces ha creado un gran temor entre los matamorenses ya que
los Hércules nunca se supo si fueron detenidos, consignados y si durante la
campaña el año pasado de Ramiro Salazar, anduvieron muchos de ellos cuidándolo
vestidos de civiles, lo mismo continúan, pero ahora con Joe Vega.
Los ciudadanos
matamorenses no confían en la buena voluntad de la alcaldesa en relación a este
tema, ya que hasta su propio hermano Ramiro Salazar junior se le vincula
en nexos con personas de la delincuencia organizada, es más él lo pregona como
si fuera muy loable su participación con estos personajes.
Leticia Salazar
dijo crear el Grupo Hércules para darle más seguridad a los habitantes
del municipio, pero su experimento resultó ser un rotundo fracaso.
Los habitantes de
Matamoros los rechazaron por sus actividades más bien ligadas a abusos de
poder y probables vínculos con la delincuencia organizada, ya que en esos meses
se desataron la ola de secuestro y demás, en donde la ciudadanía les hacia los
señalamientos pero nadie les hacía caso porque además amenazaban a las familias
dañadas.
En su momento
organizaciones empresariales se dieron a la tarea de hacer denuncias ante los
medios de comunicación como fue Julio César Almanza Armas, presidente de la
Federación de Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo de Tamaulipas
(Fecanaco/Servytur) y dijo la desestabilización económica de
Matamoros tiene más razones políticas que la inseguridad: ella es producto
de un cacicazgo y grupo político que ha tenido secuestrado al PAN en los
últimos años.
Su padre es
Ramiro Salazar, un comerciante que se fue forjando a base de corrupción, cuando
ella ganó la alcaldía votaron hasta los muertos y ahora el señor está atrás del
poder moviendo sus intereses.
Hay un proceso de
descomposición social y tenemos una alcaldesa sin capacidad ni experiencia para
gobernar una ciudad como Matamoros, frontera, puerta de entrada, desde
entonces la alcaldesa se ha convertido en la peor amenaza para la ciudad.
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