Por Dora Ma. Morales
Las escuelas particulares “No se mandan solas”, es el inicio de una campaña de información que la PROFECO dirige a consumidores en todo el estado, para dar a conocer los derechos de los padres,
que frenan a estos planteles a respetar precios y tarifas, además de no tener la facultad de obligar a comprar útiles escolares y uniformes con algún proveedor en particular o en la propia escuela.
El titular de esta oficina local, Julio Villarreal Zamorano, dijo que toda escuela particular se rige de normas y derechos al consumidor que deben de respetar o de lo contrario pueden ser sancionadas.
La escuela, tiene la obligación de informar por escrito, previamente a la inscripción, el costo total de la misma o de su reinscripción y, sí es el caso, de los derechos por reincorporación también debe decir el número y monto total de las colegiaturas, si existen descuentos por pago anticipado y cuáles son los recargos por moratorios.
Explicó además, debe especificarse por escrito cuáles son los conceptos que requieren un pago extra, como exámenes, constancias, credenciales, transporte, alimentos, entre otros.
El funcionario encargado de la Unidad de la Profeco Matamoros, comentó que todas estas escuelas particulares deben cubrir todos los servicios necesarios para que los estudiantes puedan cumplir con los planes y programas de estudio, prácticas deportivas dentro del horario de clases y el uso de bibliotecas, laboratorios, talleres, materiales y equipos.
Por ningún motivo debe permitirse, que la colegiatura suba a mitad de ciclo escolar sin justificación y sin contar con la aprobación de la mayoría de los padres, en caso que la escuela planee aumentar la colegiatura en el próximo ciclo, deberá avisar directamente cuando menos 60 días antes del periodo de reinscripción.
Por último, agregó que la escuela no puede obligar a comprar útiles escolares con ningún proveedor en particular, y lo mismo aplica en uniformes el cual no es obligatorio, pero de haber sido acordado por los padres, los modelos de uniforme deben estar vigentes cuando menos por periodos de cinco años, teniendo presente que la escuela tampoco puede exigir libros, útiles escolares y uniformes nuevos, solo en el caso de libros a que correspondan a ediciones actualizadas
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